viernes, 27 de febrero de 2009

Novedades Clasificación según su estilo (VI): Escoba (Hokidachi):

Novedades
  • Escoba (Hokidachi): Como su nombre indica el estilo hokidachi, o estilo escoba como suele conocerse en occidente, da la impresión visual de ser una de aquellas antiguas escobas tradicionales puesta del revés.

  • En líneas generales consta de un tronco casi perfectamente recto y vertical hasta una altura que oscila entre un tercio y la mitad de la altura total del árbol, punto en el que el tronco pasa a subdividirse en multitud de ramas, creciendo casi verticalmente, que a su vez vuelven a subdividirse una y otra vez en ramas cada vez más horizontales, hasta conseguir el aspecto característico de una copa redondeada formada por una ramificación muy, muy fina.

  • Es un estilo notablemente indicado para caducifolios como olmos, arces o zelkovas. Es más fueron estos últimos, las zelkovas, los árboles que originalmente inspiraron este estilo.

  • En un caducifolio no solo es posible disfrutar del espectáculo de una copa bien formada cubierta de hojas, sino que en invierno impresiona la abundante ramificación que se escondía debajo.

  • También es uno de los estilos mas nuevos en el mundo del bonsai pues apenas lleva un siglo siendo aplicado, y quizá por su típica forma sea uno de los que más se ajuste a la visión tradicional en occidente de lo que debería ser un árbol en maceta.

  • De todas formas no hay que dejarse llevar a engaño por su aspecto aparentemente simple, pues requiere tiempo y habilidad crear una distribución uniforme y delicada del ramaje.


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Patio ENGORDE EN SUELO

Patio
A finales de invierno aprovecho para plantar en suelo aquellos arboles que veo que tienen que dar un estirón o que vienen de acodo o esqueje. También se sacan los que se van a pasar a maceta o los que deben continuar en tierra después de arreglarles raices y ramas. Algunos ejemplos:

Esta glicinia sacada de acodo veo que necesita más vigor y ramificación. La sacamos tal cual de la maceta.


Y sin tocar el cepellón (tenía raíces muy frágiles), al suelo. Que engorde al menos un par de años con bien de sol y fertilizante.



Esta higuera estaba en una maceta muy abandonada y como tenía sitio en el suelo pues allá va. Se ve perfectamente la parte del acodo que la unía al arbol.


Se le quita el tocón, para que el cepellón quede desarrollado en anchura, un poco de pasta selladora ……



……. unas hormonas de enraizamiento para ayudar y otros dos añitos al suelo.



Esta es una higuera enraizada en roca con la que llevo peleandome varios años. La he sacado de la tierra para acortar raíces, ver cómo estas van envolviendo la roca y con la misma volver a meterla en suelo.



Roble plantado en suelo con una plancha que hace tope para que las raíces no profundicen.



Lo sacamos, quitamos la tierra …….


…… y otra vez al suelo.



Acodo de arce sacado este verano. http://alfredobc.blogspot.com/2007_09_01_archive.html




Y el mes pasado lo transplanto tal cual al suelo. Allí estará varios años. La verdad es que el poder plantar en suelo facilita la consecución de prebonsai en menos años que si lo hiciéramos en macetas.

jueves, 26 de febrero de 2009

Patios Abono para el Bonsái

Patios Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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Especiales Clasificación según su estilo (VI): Escoba (Hokidachi):

Especiales
  • Escoba (Hokidachi): Como su nombre indica el estilo hokidachi, o estilo escoba como suele conocerse en occidente, da la impresión visual de ser una de aquellas antiguas escobas tradicionales puesta del revés.

  • En líneas generales consta de un tronco casi perfectamente recto y vertical hasta una altura que oscila entre un tercio y la mitad de la altura total del árbol, punto en el que el tronco pasa a subdividirse en multitud de ramas, creciendo casi verticalmente, que a su vez vuelven a subdividirse una y otra vez en ramas cada vez más horizontales, hasta conseguir el aspecto característico de una copa redondeada formada por una ramificación muy, muy fina.

  • Es un estilo notablemente indicado para caducifolios como olmos, arces o zelkovas. Es más fueron estos últimos, las zelkovas, los árboles que originalmente inspiraron este estilo.

  • En un caducifolio no solo es posible disfrutar del espectáculo de una copa bien formada cubierta de hojas, sino que en invierno impresiona la abundante ramificación que se escondía debajo.

  • También es uno de los estilos mas nuevos en el mundo del bonsai pues apenas lleva un siglo siendo aplicado, y quizá por su típica forma sea uno de los que más se ajuste a la visión tradicional en occidente de lo que debería ser un árbol en maceta.

  • De todas formas no hay que dejarse llevar a engaño por su aspecto aparentemente simple, pues requiere tiempo y habilidad crear una distribución uniforme y delicada del ramaje.


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miércoles, 25 de febrero de 2009

Especiales Plantas anuales: Definición

Especiales
Las plantas anuales o de temporada son aquellas plantas herbáceas que tienen una vida de unos cuantos meses. Estas cuando llegan los fríos o cuando se pasa la floración se sacan de la tierra y se tiran. En las regiones donde el clima es cálido y no hay prácticamente heladas o son muy débiles, muchas pueden sobrevivir al invierno y florecer al siguiente año. Por ej.: Agerato, Amaranto, Cosmos, Tagetes, Petunia, Antirrino o Gallardía.
Esto no quiere decir que la planta al año siguiente crezca con la misma calidad que la que tuvo el primer año de floración que da el segundo año siempre es de peor calidad que la del primero; va degenerando. Plantas anuales son: Agerato, Amaranto, Antirrino, Calendula, Cresta de gallo, Cosmos, Clarkia, Alhelí amarillo (Cheiranthus cherii), Coronado (Callistephus chinensis), Clarkia, Cineraria hybrida, Digital (Digitalis purpurea), Girasol (Helianthus annus), Alegría de la casa (Impatiens walleriana), Lobelia, Petunia, Banderilla (Salvia splendens), Tagetes, Zinia, etc.
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Jardin Césped: Cultivo

Jardin Sin duda, el césped es la base y parte principal del cualquier jardín, ya sea privado o público. Por ello, no hay que olvidar su importancia a la hora de dar forma al espacio y hay que conocer algunas de sus características, con el fin de plantar el más adecuado y de hacerlo convenientemente. Además, no se debe pasar por alto la importancia decorativa de este elemento, que crea zonas ideales para la colocación de flores o plantas. Asimismo, proporciona una base suave y blanda con el fin de que se convierta en espacio acogedor y zona para el juego de los más pequeños. No obstante, éste suele ser el elemento menos cuidado del vergel, a pesar de su gran utilidad y de que no requiere excesiva atención. En la mayoría de los casos, el único tratamiento que recibe es ser cortado habitualmente. Tipos de césped: El césped es un tipo de hierba, de las cuales existen en el mundo unas mil clases conocidas. No todas éstas son empleadas como césped, ya que deben ser capaces de soportar los habituales cortes y de formar una tupida alfombra y una cubierta densa. Dependiendo del objetivo con el que se plante, se empleará una u otra clase, aunque normalmente se suelen efectuar mezclas entre diferentes hierbas para obtener ejemplares satisfactorios. El césped de jardín, a excepción de aquel que se encuentra recién plantado, se verá enseguida invadido por las especies de hierbas nativas de cada zona. Para evitarlo, se debe seguir una estricta rutina de cultivo, sobre todo cuando el césped se planta con una función ornamental. Hay varios tipos, que son los más utilizados en la elaboración de jardines.:
  1. El primero de ellos es el denominado césped de manzanilla, particularmente apropiado para zonas de pequeño tamaño, donde el suelo sea seco y arenoso. Se caracteriza por sus hojas aromáticas que forman una tupida cubierta en el suelo.
  2. Por otro lado, se encuentra el tomillo silvestre, un césped que sólo requiere una poda anual, que ha de hacerse tras la floración.
  3. Por su parte, la Camomilla es una planta que posee las hojas estrechas y unas flores anchas y blancas similares a las margaritas.
  4. Para zonas de clima seco es muy útil el trébol blanco u holandés, que proporciona una hermosa cubierta verde que no amarillea ni en las épocas más secas. El trébol elabora una cubierta muy verde de fácil mantenimiento, pero necesita un suelo alcalino para prosperar.
  5. Sin embargo, según los expertos en el tema, la variedad más conveniente es el Treneague, que no suele florecer pero que es excesivamente útil por no requerir apenas corte.

Antes de plantar lo primero que hay que hacer:

  1. Preparar correctamente la zona en la que se vaya a hacer, con el fin de que el suelo se encuentre en óptimas condiciones. Así, si el césped se va a sembrar por primera vez en esa superficie, conviene que se encuentre a cielo abierto o, de lo contrario, no tener más de medio día de sombra en verano, porque no crecerá con la fuerza necesaria.
  2. Cuando la capa del suelo contenga excesiva arena o yeso, se debe enriquecer aplicando una capa de entre tres y cinco centímetros de turba o musgo.
  3. Si el suelo es suficientemente rico, esto no es necesario, pero tampoco está de más, ya que la aplicación de fertilizantes siempre es positiva para el césped.
  4. El siguiente paso a realizar es comprobar la nivelación del terreno, así como el drenaje, para posteriormente rastrillar la tierra hasta una profundidad de unos quince centímetros, procurando eliminar todos los terrones. Esta preparación del terreno se puede efectuar durante todo el año, menos cuando el suelo se encuentre mojado o embarrado.

Plantación:

  1. Una vez que se hayan realizado los pasos de preparación del terreno es conveniente proceder a la siembra, que se puede llevar a cabo, igualmente, en cualquier época del año, excepto en invierno. No obstante, se indica el otoño como mejor momento, ya que las lluvias de esta temporada favorecerán el desarrollo de la hierba.
  2. En cuanto a las semillas, cabe destacar que son muy pequeñas, por lo que no conviene sembrar cuando haga viento y asegurarse de que el suelo se encuentre levemente húmedo.
  3. Las semillas se deben administrar generosamente para que el césped sea capaz de cubrir todo el suelo, pero el exceso de semillas puede provocar que los plantones se pudran. Así, en suelos bastante fértiles se debe aplicar treinta gramos por metro cuadrado, mientras que en suelos más pobres hay que aumentar esta cifra hasta sesenta gramos
  4. El mejor método para sembrar consiste en colocar cuerdas tensadas a una distancia de un metro entre ellas.
  5. Posteriormente, se preparan pequeños montones de treinta gramos con las semillas y se marca en el suelo la superficie que corresponde a un metro cuadrado.
  6. Finalmente, hay que distribuir las semillas de forma regular. Una vez sembrado, conviene rastrillar el suelo para ayudar a las semillas a penetrar en la tierra.
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martes, 24 de febrero de 2009

Patios Fotos de flores :flor de pajarito

Patios
¿Sabes como se llama esta flor... ?
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Especiales Juniperus phoenicea L. subsp phoenicea

Especiales

Sabina negral

Arbusto o pequeño árbol de la familia de las cupresáceas de copa redondeada, follaje denso , corteza grisáceas o parda y fibrosa. Hojitas escuamiformes agrupadas en pequeñas ramillas. Las flores femeninas y masculinas suelen estar en el mismo pie de planta. Sus conos femeninos dan lugar a las fructificaciones típicas de los enebros y sabinas conocidas como arcéstidas, que en esta especie son de color rojizo en la madurez.

Especie de distribución Mediterránea y Macaronésica, que se cría en matorrales secos y pedregosos, en los roquedos que no permiten el crecimiento de encinas y otras especies esclerófitas, hasta los 1500m en altitud, muy adaptada a las condiciones continentales siendo muy resistente a las heladas y soportando extremas sequías.

Resulta sorprendente y espectacular el poder contemplar el verdor y vigor de estos arbustos en las secas y frías montañas mediterráneas con poco más de 300mm al año de precipitación, destacando sobre el ocre del entorno, siendo la especie dominante y conformando pequeños bosquetes o sabinares.
Fotografía realizada en un sabinar de la Sierra de Marmolance en Huéscar ( Granada), entorno donde confluyen varias provincias biogeográficas, y sectores botánicos.

lunes, 23 de febrero de 2009

Patio Fotos de Flores de Color Naranja

Patio
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Jardines Fotos de Flores :color amarillas ,muy bonitas...

Jardines Te animas a reconocerlas ,¿sabes su nombre ...?
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Hierbas Jardines acuáticos, pura vida y energía

Hierbas Algo diferente y muy curioso es la jardinería acuática. Aunque parezca lo contrario, se trata de una técnica muy sencilla. Lo importante es conocer las propiedades del agua y de las flores y plantas que en ella se pueden desarrollar. También, es imprescindible saber los secretos del drenaje. Si se quiere crear un espacio único en el patio o jardín, es posible recurrir a las técnicas de la jardinería acuática para lograr un diseño personal y exótico. Estos jardines resultan sumamente atractivos y originales. Para dar un toque oriental a un patio o parcela se pueden cultivar en un pequeño estanque o fuente. Hay que tener en cuenta que no requieren más atenciones que los jardines de tierra. En su diseño, que está abierto a numerosos estilos y tamaños, influyen básicamente tres factores: el espacio del que se disponga, el tiempo libre para cultivarlo y los gustos y preferencias del jardinero. El agua es fuente de vida para cualquier ser vivo, tanto animal, vegetal y humano. Por ello, se trata de un elemento indispensable para cualquier planta, además de aportar vigor y movimiento a los espacios verdes. En el caso de los jardines acuáticos, es el medio en el que crecen y viven las plantas. Se trata de un entorno muy rico y es ideal para usarlo como jardín, pues además de decorar a la perfección nuestro rincón preferido se encarga de que nuestras plantas se encuentren a salvo facilitándonos el trabajo de mantenimiento de las mismas. Posibilidades Siempre se han de ajustar las dimensiones del estanque o fuente a las propiedades del jardín, para crear una armonía que permita que todos los elementos combinen a la perfección. Además de ello, hay que estudiar el terreno en el que se va a asentar nuestra nueva creación. Los estanques pueden ser artificiales; en este caso, estarán construidos de hormigón, lámina de butilo o de un recipiente prefabricado que se enterrará en el suelo. La elección del material que vamos a utilizar dependerá de nosotros mismos. Existen otras posibilidades de fabricar un jardín acuático. Se puede usar un panel impermeable y forrarlo después con fibra de vidrio pegada con resina. En un patio, se pueden construir estanques con ladrillo revestido de hormigón. Sin duda, es imprescindible recurrir a un profesional ya que cada terreno posee unas características y puede ser que la presión ejercida por el agua sea excesiva. Por otro lado, la profundidad del estanque debe ser tal que permita colocar los vasos en el fondo del mismo y albergar entre 10 y 20 centímetros de agua. El toque personal Existen múltiples opciones a la hora de planificar y desarrollar este espacio acuático. Todo dependerá del gusto del jardinero y de las posibilidades que ofrezca el territorio donde se va a construir. Cada jardín es un mundo que depende de la creatividad que se emplee en el diseño de su espacio. Con un poco de imaginación y mucho esmero nuestro trabajo tendrá unos resultados increíbles dignos de toda admiración que serán el centro de todas las miradas. El diseño puede ser natural o artificial. En el primero de los casos, se procurará integrar el jardín acuático en el espacio donde se va a introducir. Para ello, se intenta que se funda con el parterre terrestre y las características del patio o parcela, usando elementos decorativos naturales como troncos o piedras. Los troncos se pueden disponer rodeando el estanque, y las piedras creando formas circulares alrededor de conjuntos de plantas. Las formas son también muy variadas. Pueden ser regulares o irregulares. Normalmente, los jardines de agua artificiales buscan las líneas simétricas y el orden y los naturales la espontaneidad. Es muy importante la coordinación del estilo de la casa con el diseño y la forma del jardín acuático, persiguiendo su correcta combinación para evitar contrastes inadecuados. Todo es producto de nuestro espíritu creativo: el toque personal que demos a nuestro oasis dirá mucho de nosotros. Cuidados El mantenimiento de este tipo de espacios es muy sencillo. Lo primero que se debe hacer es instalar un buen mecanismo de drenaje para mejorar la limpieza del estanque o fuente, así como un sistema de recirculación que propicie la oxigenación del agua. Ambos son imprescindibles para el desarrollo adecuado de las plantas ribereñas. Podemos optar por sistemas de programación para que nuestro jardín acuático esté siempre limpio y cuidado. También es importante aislarlo, para lo que se pueden usar los siguientes tipos de materiales: arcilla, cemento, piedras, PVC y polietileno. Para ello, se puede solicitar el servicio de un experto, que nos aconsejará y nos dará las pautas para lograr un perfecto estanque acorde a nuestras necesidades y a las de nuestras plantas. Recurrir a profesionales puede ser una buena solución, pues si no estamos seguros de algún aspecto ellos nos servirán de gran ayuda. Especies adecuadas Son muchas las plantas acuáticas que se pueden plantar en un estanque. Si se posee un gran espacio, se pueden hacer bellas composiciones mezclando alguna de estas plantas. Por ejemplo, la 'Nelumbo Sp', que tiene flores rosas y precisa luz abundante, combina a la perfección con una 'Calla Palustris', que resiste muy bien los cambios de temperatura. También resulta ideal la mezcla de la 'Nympahea Odorata' con el 'Iris Pseudacorus' o el 'Acorus Calamus', puesto que las tres soportan el sol. También hay otras de estas especies acuáticas muy interesantes como la 'Primula Florindae' o la 'Thypa Minima'. La primera es óptima para plantar junto a un estanque, ya que necesita mucha humedad para desarrollarse correctamente. La segunda ha de crecer en aguas poco profundas y luce unas bellas hojas finas. Si no se dispone de gran espacio, es posible cultivar un jardín acuático en un recipiente grande en el que se pueden tener algunos peces. Plantar nenúfares adecuados a la profundidad es lo mejor. Además, se pueden usar especies acuáticas ornamentales y plantas oxigenadoras.

Hierbas Fotos de Flores:rosa roja

Hierbas
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domingo, 22 de febrero de 2009

Novedades GLICINIA, ¿ACODO IMPOSIBLE?

Novedades
El mes de abril le utilizo normalmente para realizar acodos de arboles donde veo posibilidades. Esta vez es una glicinia a la que la tengo tomada la medida. Pero esta vez voy a intentarlo con una rama de un grosor espectacular para lo que suelo hacer. Acodo ya realizado sobre la rama que nos interesa. 15 de abril de 2007.




Una vez hecho el acodo de la manera tradicional, a las 6 semanas ya se aprecian raices que afloran en gran cantidad


Como la rama tiene un grosor considerable tenemos que tirar de sierra y además de las contundentes ……



Una vez separado del arbol el corte nos queda de esta manera. La moneda de dos euros mide 2,5 cm de diametro, para que os hagais una idea. Tenemos un acodo de 3,5 cm., de diámetro y unos 11 cm., de circunferencia. Verdaderamente un acodo "atrevido".



El acodo tiene esta forma un tanto rara debido a que quise buscar una rama que luego me permitiera hacer un forma de prebonsai peculiar.



Ya despojado de toda rama y hojas y listo para transplantar a maceta de entrenamiento


Quitamos con mucho cuidado los dos plásticos que recubren en acodo y apreciamos las raices, bastante abundantes, que tiene. Quizá el color blanco nos dice que no están muy maduras, deberían estar un poco más oscuras, además la rama es muy gruesa …….. ¿podrán las incipientes raices con toda la rama acodada? ……

Preparamos la maceta de entrenamiento (más ancha que alta), con los orificios de drenaje cubiertos y los alambres que sujetarán el acodo preparados para cuando pongamos la planta en la maceta.


No nos olvidamos de cerrar el gran corte (3,5 cm.) con pasta selladora para evitar infecciones y que la herida cicatrice perfectamente.


Además a la hora de plantar ponemos un poco de polvo de hormonas enraizantes que también ayuda.


Una vez transplantado y a la espera de que en lo que queda de verano saque algunas ramas para hacer ver que las raices estaban maduras y han dado viva a la rama acodada.


Vista del otro angulo.




La idea sería que se desarrollase en un futuro como en la recreación que se ve. Veremos si somos capaces ….. Quería cambiar el ángulo de plantado y dejando que desarrolle desde el extremo para que quedase algo así ……con hoja y rama en verano.



Así en invierno solo con ramaje.



Y así en primavera cuando la glicinia desarrolle sus espectaculares flores colgantes …..

Ahora (15 de agosto-4 meses después-) está de esta manera. Cuando este otoño se alambren esas ramas y se dirijan las que salgan después podemos tener un curioso prebonsai de glicinia, que espero esta primavera que viene de unas bonitas flores.

Especial Pino Australiano

Especial Extendido principalmente en Australia y Asia oriental, este árbol alcanza allí hasta 30 m de altura; es una de las pocas plantas para maceta que no llaman la atención por sus flores o su follaje, sino por su extraño aspecto. Dado que sus hojas demasiado cortas y puntiagudas involucionan en escamas, el árbol se parece a una conífera y las pequeñas ramas se asemejan en su disposición al equiseto. Las flores son insignificantes. Lo más impresionante ante todo es el aguante de esta planta, que tolera la sal y el viento, y que crece bien incluso en los suelos más pobres. El alojamiento invernal más adecuado es un lugar luminoso entre los 5 y 10 ºC, asimismo, requiere un sitio luminoso a ser posible. Además, no sólo tolera la poda, sino que es necesaria debido a su rápido desarrollo. Emplazamiento: desde completamente soleado hasta semiumbrío Riego: sólo ocasionalmente; tolera una sequía pasajera. Abono: no muy exigente. Agradece un abonado equilibrado durante los períodos de crecimiento Alojamiento invernal: lumionso, entre los 5 y 10 ºC o más, si bien en los jardines mediterráneos es muy común en el exterior Multiplicación: por esquejes o semillas

miércoles, 18 de febrero de 2009

Yuyos Bonsái Abedul Blanco

Yuyos

  • Nombre científico o latino: Betula alba

  • Nombre común: Abedul blanco, Abedul español

  • Familia:Betulaceae (Betuláceas).

  • Árbol de hoja caduca.

  • Cuidados: Luz:Gusta de la luz, pero en climas calurosos no le conviene pleno sol continuamente.
    Riego:Necesita bastante riego. Hay que evitar que nunca esté seco el mantillo.
    Abonado: Abonar después de la aparición de las hojas y durante todo el periodo vegetativo, con una pausa de un mes en el periodo de máximo calor.
    Poda: Las primeras intervenciones de importancia en las raíces se realizarán simultáneamente a la reducción de la parte aérea, durante la fase de formación de la planta.
    Las podas de modelación se harán en invierno, aunque durante el periodo vegetativo será necesaria la contención de la copa, a base de acortar los nuevos brotes a la distancia de 2-4 hojas antes de su lignificación. Eliminar todos los brotes que aparecen en la base.

  • Alambrado: Aplicar los alambres durante el periodo vegetativo. Proteger troncos y ramificaciones, ya que la corteza es delicada. Cuidado.

  • Trasplante: Trasplante cada 2 ó 3 años, a comienzos de primavera. Usar un substrato compuesto por un 60% de mantillo, 20% de turba y 20% de arena de tamaño gruesa.


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Plantas Clasificacion según su estilo: Balsa (Ikadabuki):

Plantas

  • Balsa (Ikadabuki):La característica principal de este estilo es la presencia de un tronco tendido sobre el suelo a partir del cual parten un número generalmente impar de troncos verticales. Este tronco caído suele ser perfectamente recto e ilustra la fuerza de los elementos que derribaron el árbol original, árbol que a pesar de todo continuó con vida, enraizando nuevamente y convirtiendo las ramas del lado descubierto en los nuevos troncos.

  • Una variante muy similar, pero que ha merecido nombre propio como estilo, es el Netsuranari. En este caso el tronco sobre el suelo presente un aspecto repleto de curvas sinuosas que representa la situación en que una raíz especialmente grande ha desarrollado múltiples chupones conforme se desarrollaba.Formar un árbol según este estilo puede lograrse de diversas formas, como por ejemplo aprovechando material algo defectuoso que presente ramas únicamente en uno de sus lados y que por tanto pueda ser plantado tendido sobre el suelo.

  • También se puede lograr forzando a un tronco subordinado a inclinarse hasta reposar sobre el suelo, lográndose composiciones con gran fuerza visual a causa de la presencia de un tronco muy dominante.En cualquier caso, buena parte del trabajo se concentrará en lograr que el nuevo tronco horizontal consiga emitir raíces a lo largo de toda su longitud que poco a poco vayan sustituyendo, o complementando, la antigua base de raíces situada en un extremo.

  • De igual forma es de gran importancia evitar en lo posible alinear los nuevos troncos para no tener composiciones casi completamente planas y en dos dimensiones. Para ello es fundamental jugar con las inclinaciones de cada uno.

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